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  • Desde las organizaciones sociales y poblaciones movilizadas

    2019-06-11

    Desde las organizaciones sociales y poblaciones movilizadas, estas protestas marcan el inicio de un nuevo periodo de distanciamiento frente methylphenidate hcl los actores político-institucionales, en particular el Partido Nacionalista que logró aglutinar electoralmente sus críticas y expectativas de cambio frente al modelo. Revelan además la decisión de asumir otros caminos y nuevos desafíos, con miras a hacer valer sus demandas y propuestas políticas. Destacaría así la reafirmación por la vía contenciosa, donde las bases son las que deciden continuar las protestas sobrepasando con frecuencia la representatividad de los líderes, los cuales deben convocar permanentemente a consulta y reconocer a la Asamblea como única instancia de decisión. Esta reafirmación, se encuentra avalada por la comprobación real de que, dados los candados legales y hasta constitucionales existentes, sólo con la protesta se consigue poner límites al capital extractivo; finalmente el proyecto Conga está detenido y la Mesa de Negociación de Espinar consiguió nuevas evaluaciones sobre los efectos contaminantes de la empresa minera. Cabe resaltar también que las últimas protestas expresan un persistente malestar con la política económica y el modelo de desarrollo primario exportador, pues pese a todas las promesas de crecimiento no ha logrado articular su dinámica a los pueblos y comunidades donde se ubican los recursos. Esto no sólo por problemas de redistribución económica sino por la existencia de formas de vida y cosmovisiones respecto a la naturaleza y la vida comunal no reducibles a la lógica costo-beneficio del mercado; en Cajamarca la empresa Yanacocha en reemplazo de las lagunas naturales ha ofrecido construir tres reservorios que, según ellos, triplicarán el abastecimiento de agua en la zona. La prensa limeña y el mismo Estado descalifican a los campesinos por no ceder ante dichos ofrecimientos, desprecian la valoración que tienen por el ecosistema y reproducción de la vida cotidiana que se origina en torno a este. Finalmente, no se puede dejar de mencionar que las protestas también pusieron en evidencia la fragmentación de las luchas socioambientales en el país, expresada en plataformas poco cohesionadas, liderazgos locales tendientes al caudillismo y grandes dificultades para dotar a las protestas de carácter nacional de modo que, por ejemplo, lo actuado en Cajamarca pudiera tener alguna repercusión en Cusco. Esta dispersión puede responder tanto a fuertes anclajes territoriales y dinámicas organizativas diferenciadas, cuanto a Homomultimeric protein la presencia de sectores interesados en conseguir réditos políticos, levantando para ello posturas maximalistas que les pueden brindar adhesiones y mayor protagonismo faccionalista o personal. Esta etapa resulta un desafío para los movimientos, cuyo desplazamiento busca usufructuar el potencial desplegado, al afirmar más bien las articulaciones horizontales entre las mismas organizaciones opuestas al avance del capital extractivo y otras que, como los mencionados gremios y sindicatos, pueden ampliar la resonancia de sus demandas en un marco de crítica al modelo vigente hace dos décadas.
    Conclusiones No obstante, más allá de las limitaciones y aprendizajes, encontramos dos aspectos importantes de la acción de los movimientos sociales aquí anotados en tanto su proyección para avanzar en desmontar el andamiaje posfujimorista y construir una sociedad más democrática. En primer término destacan sus posibilidades de “representación” que logra poner en escena el descontento frente al modelo. Desde un enfoque posestructuralista, además del hecho de elegir entre partidos y delegar autoridad a los gobernantes, la función de representar abarca la tarea de incorporar demandas marginales que exceden las exigencias de un grupo. Por ello, una tarea importante del representante es transmitir puntos de identificación a los distintos actores sociales presentes en la sociedad, acortando la distancia entre el interés del grupo y el de la comunidad nacional. Se desarrolla, así, un proceso de homogeneización sustentado en coincidencias e identificaciones, en el que los partidos desempeñan un papel importante pero no son los únicos actores, pues las voluntades colectivas pueden articularse en torno de un líder carismático, una demanda compartida o una organización sectorial. Por ejemplo, durante methylphenidate hcl los años ochenta, en América Latina, el movimiento de derechos humanos logró representar la lucha contra las dictaduras, lo que llevó a la representación política a adquirir un componente de expresividad en el cual el todo se reconocía en alguna de las partes, no necesariamente un partido político. Lo mismo podríamos afirmar del Paro Amazónico de mayo de 2009 y los sucesos de Bagua o de las protestas contra el proyecto Conga en 2011 que consiguieron representar políticamente el descontento de un vasto sector de la ciudadanía con el modelo neoliberal, la depredación de los recursos naturales y la parcialidad estatal frente al capital transnacional extractivo.